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EL LEGADO ARTESANAL QUE MIRA HACIA EL FUTURO

Las dos generaciones de maestría en tallado y dorado de marcos que preservan la tradición fiorentina

En vía San Giovanni 11, se encuentra Franceschi Cornici, un negocio familiar que lleva casi 60 años dedicándose a la producción artesanal de marcos de madera de estilo antiguo. Fundado en 1965, este taller ha visto trabajar a dos generaciones de artesanos expertos en el arte del tallado a mano y la doradura a la florentina.

Filipo Franceschi, nacido y criado en el barrio de San Frediano, comparte la rica historia del negocio familiar, con la atenta escucha de los fundadores, sus padres, siempre dispuestos a corregir cualquier dato.

Maestría en Tallado y Dorado

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En Franceschi Cornici se realizan marcos inspirados en la corriente artística del cinquecento, lo que significa que todo el proceso se sigue haciendo de forma tradicional. Como el tallado a mano y la realización de dorados a la florentina, para los que se utiliza pan de oro auténtico o orone (oro falso), y también en plata.​​

En este taller familiar, cada miembro desempeña un papel distinto. El hijo Filippo Franceschi, quien lleva más de una década trabajando en el negocio familiar, recuerda sus primeros pasos en el taller desde los 15 años, aunque su curiosidad por el arte y la artesanía se remonta a su infancia. Tras tomar el relevo de su padre, se ha convertido en el gerente del negocio. Actualmente, se está especializando como dorador, lo que le brinda la oportunidad de aprender la técnica de aplicación de hojas de oro en los marcos.

Sus padres, a pesar de ya tener la edad de jubilación, siguen presentes en el taller. La mamma, Cervaroli, se encarga de confeccionar los paspartús que se ensamblan entre el marco y la obra de arte que se desea presentar, siempre bajo la atenta mirada de su marido Pier Luigi, quien a sus 78 años aún sigue ayudando de vez en cuando en el taller. "Aunque ya esté jubilado, no me puedo quedar quieto en casa", asegura mientras da barniz a uno de los marcos..

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Además, la familia cuenta con la colaboración de diversos obradores tradicionales, como el tallador, experto en dar forma a la madera cruda, y los vidrieros, especializados en trabajos con vidrio. Es interesante notar que todos los colaboradores en la producción de los marcos son florentinos de edad avanzada, con décadas de experiencia a sus espaldas. "Son todos ancianos de 70 u 80 años, no sé cuánto durarán", comenta Filipo entre risas, quien hasta ahora no ha conocido a ningún joven que se dedique a estas actividades artesanales. 

Relevo generacional 

Filippo resalta un cambio generacional crucial en el ámbito de la artesanía en los últimos 20 años. “Los artesanos más mayores ya se han jubilado y a los jóvenes no les interesa seguir con esta actividad”. Sin embargo, no todo está perdido. Filippo, a través de Etsy e Instagram, mantiene viva la artesanía, utilizando estas redes sociales para mostrar sus trabajos y llegar a un público más amplio e incluso internacional. ​

“Por fortuna, sigue habiendo gente que valora este oficio y, después de tantos años en Florencia, somos reconocidos”. Sin embargo, el negocio no solo atiende a clientes locales; también ha expandido su alcance a nivel internacional. Exportan sus trabajos a artistas y pintores de Estados Unidos, Holanda y Reino Unido.

A pesar de los desafíos y los cambios generacionales, Franceschi Cornici es un claro ejemplo de que la artesanía tiene futuro. Filipo Franceschi demuestra que aún hay jóvenes dispuestos a continuar trabajando en estos oficios manuales, manteniendo viva una tradición que corre el riesgo de desaparecer. Gracias a la digitalización Filipo ha encontrado un escaparate global para promocionar su trabajo, permitiendo que su arte llegue a un público más amplio y diverso. 

Los artesanos más mayores ya se han jubilado y a los jóvenes no les interesa seguir con esta actividad” - Filippo Franceschi
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